Recibo una llamada de Graciela Martínez diciéndome toda entusiasmada que tiene algo que tengo que ver; conociendo a Graciela tenía que ser algo realmente extraño, todo lo que esta señora ha visto, ha investigado y ha cocinado deja muy poco lugar para el asombro.
Entonces voy con la cámara colgada al cuello y aplaudo frente al portón. Pasamos, yo le sigo los pasos mientras me cuenta que acaba de regresar de Atyra, donde conoció a una señora que le llevó a recoger esta raíz llamada Makychi. "Esto comía el ejército de López, en la guerra", me explica.
No puedo explicar muy exactamente como sabe, como se siente el makychi, es aguado y un tanto dulce. Su textura no está muy lejos del rabanito, pero su sabor es mucho más ligero, dulce y refrescante. Es translúcido y sus hojas son similares a las del trébol. De hecho, crece entre los tréboles.